(Caracas) Lagrimas de
motivación, ese fue el detonante que llenó de inspiración anoche a los bates de
los Leones del Caracas para lograr una remontada con sabor a postemporada y
dejar tendidos en el terreno del estadio Universitario, a los Cardenales de Lara,
con pizarra de 6-5.
En el que podía ser el
último juego como pelotero activo de Yorvit Torrealba, el careta de los
melenudos se encargó de liderar durante toda la doble jornada extra al conjunto
capitalino, estando detrás de la receptoría a lo largo de 18 episodios y siendo
la bujía, tanto ofensiva como motivacional de unos Leones que se quedaron con
el sexto cupo para los playoffs.
“No sé si mis lagrimas
motivaron al equipo, pero varios de los muchachos me dijeron que me iban a
dedicar el juego, que íbamos a ganar el juego, uno de los seguridad me lo dijo
también. Fue un día largo, el equipo estaba un poco desanimado en los primeros
innings y en el noveno aprovechamos algunos de sus errores. No sé si tengan que
ver las lágrimas, pero todo salió bien”, destacó Torrealba, quien en el noveno
episodio salió ovacionado entre lágrimas, cuando su equipo intentaba remontar
un déficit de tres carreras.
Cardenales se iría arriba en
la pizarra en el segundo episodio, cuando Jairo Pérez despachó doble productor
al jardín izquierdo para luego anotar, desde la tercera base, con un error en
fildeo del antesalista Alex González.
Sin embargo, los Leones
marcaron una en el séptimo con doble productor de Torrealba y otra en el
octavo, gracias a un sencillo remolcador de Henry Rodríguez, que a la postre
sería otro de los héroes del cotejo.
Con la pizarra igualada a
dos, Cardenales buscó nuevamente aguarle la fiesta a los Leones frente a su
afición, y en el noveno episodio, con dos outs y dos en base, Rangel Ravelo
despachó un dantesco jonrón por todo el jardín central que convirtió al
Universitario y al clubhouse de los Leones en un cementerio.
El estacazo del cubano
parecía haber sepultado las esperanzas de los melenudos, hasta que aparecieron
las lágrimas de Torrealba y el doble matador de Rodríguez.
Ante Yoervis Medina, los
Leones, que se habían quedado también sin su mánager Alfredo Pedrique en el
segundo episodio, al ser expulsado, conectaron tres sencillos consecutivos en
la parte baja del noveno, incluyendo el tercero de la noche del careta de 37
años de edad, que produjo la tercera carrera de los Leones. Inmediatamente, al
ser reemplazado en la inicial por un corredor emergente, llegó en ese momento
despedida del careta, la cual los Leones no quisieron aceptar.
Roletazo de Cleuluis Rondón
a la inicial, con las bases llenas, produjo otra para los locales, quienes
volvieron a llenar las bases con Rodríguez en el plato. Tras ponerse en 0-2 en
la cuenta, ya ante los envíos de Néstor Molina, abridor que vino a cerrar el
juego, “El Pollito” vino de atrás y en cuenta completa despachó un doble por
regla por todo el jardín derecho que desató la locura en el coso de Los
Chaguaramos y extendió, al menos por cuatro juegos más, la carrera de
Torrealba. “Fui a hablar con Henry porque temprano le dije que en el primer
juego él iba a matar la partida, no se pudo y ante esta situación (con tres en
base) le dije que si era ahora en el segundo no me iba a molestar. Y así lo
hizo”, recordó entre risas Torrealba. “A lo largo del inning ya estaba más
tranquilo, no pensaba en más nada sino solo esperar el milagrito, que sucedió”.
“De verdad estuve un poco
apresurado durante los primeros dos pitcheos, pero luego me concentré un poco
más. Traté de quedarme un poco más cerrado y darle la bola hacia el medio”,
explicó Rodríguez. “Me había lanzado dos splitt en los primeros pitcheos. Sabía
que en 3-2 me iba a venir de nuevo con ese pitcheo y se le quedó alta”.
Con la victoria los Leones
ahora se medirán a partir del sábado a los Navegantes del Magallanes, en una
serie que comenzará en casa de los carabobeños.
“Describirlo (a Yorvit) es
algo difícil. Las acciones explican todo lo que hizo Torrealba. Cuando tuvo su
bajón a comienzos de temporada, personalmente le dije que tenía la confianza en
él y que necesitaba era de su defensiva, pero también nos pudo ayudar con la
ofensiva”, enfatizó Pedrique. “Ver que alguien a su edad haya hecho lo que hizo
en los últimos cuatro días y ahora quecha 18 días no es nada fácil, creo que
esa fue la motivación del equipo. Yorvit fue el hombre de la noche, primero con
el doble para poner el juego 2-1 y luego con el hit en el noveno para mantener
vivo el inning. Eso despertó más el dugout, se vio la lucecita al final del
túnel”.